IMAGEN EXTRAÍDA DE INTERNET
Se aproxima el final de curso, el alumnado de sexto preparan sus graduaciones, su viaje de fin de curso y sus últimos exámenes en un centro que, los acogió desde muy temprana edad y los ha visto madurar como hojas de un gran árbol.
Al mismo tiempo aparecen en el centro nuevas caras de niños y niñas de apenas tres añitos que, como brotes tiernos de primavera, apuntan asomando sus caritas, en las fotos de sus nuevas matrículas, para un centro que los verá crecer.
¿Y dónde aparecemos nosotras?
Como el agua del río, que en primavera arrastra las hojas secas para dejar paso a nuevos brotes, a nuevas vidas que crecerán a su alrededor o se nutrirán de ese agua, ahí estamos nosotras las monitoras de los centros escolares, iremos retirando poco a poco, los expedientes del alumnado que deja el centro para seguir creciendo en otra etapa distinta, iremos guardando y preparándolos para su nuevo viaje, iremos dejando atrás muchas anécdotas compartidas, muchas rodillas curadas, notas sacadas, solicitudes de mil cosas, que año tras año, han ido aumentando no solo el archivo físico de su expediente, sino también, inevitablemente, ese expediente que guardamos en nuestra mente de todas esas vivencias. Iremos limpiando archivos y preparándolos para dejar paso a esos nuevos brotes, esas nuevas vidas que el próximo curso, entraran a formar parte de nuestra vida en el centro, comenzaremos a realizar matriculas con nuevos nombres, algunos conocidos ya por sus hermanos o hermanas, a abrir nuevas carpetas, nuevos archivos, para que comience su estancia en este centro.
El agua limpia dando paso a nueva vida, ayudándola con su pequeña aportación, a que esos brotes crezcan y se desarrollen en el "microclima" de la vida en un centro escolar.
Al mismo tiempo aparecen en el centro nuevas caras de niños y niñas de apenas tres añitos que, como brotes tiernos de primavera, apuntan asomando sus caritas, en las fotos de sus nuevas matrículas, para un centro que los verá crecer.
¿Y dónde aparecemos nosotras?
Como el agua del río, que en primavera arrastra las hojas secas para dejar paso a nuevos brotes, a nuevas vidas que crecerán a su alrededor o se nutrirán de ese agua, ahí estamos nosotras las monitoras de los centros escolares, iremos retirando poco a poco, los expedientes del alumnado que deja el centro para seguir creciendo en otra etapa distinta, iremos guardando y preparándolos para su nuevo viaje, iremos dejando atrás muchas anécdotas compartidas, muchas rodillas curadas, notas sacadas, solicitudes de mil cosas, que año tras año, han ido aumentando no solo el archivo físico de su expediente, sino también, inevitablemente, ese expediente que guardamos en nuestra mente de todas esas vivencias. Iremos limpiando archivos y preparándolos para dejar paso a esos nuevos brotes, esas nuevas vidas que el próximo curso, entraran a formar parte de nuestra vida en el centro, comenzaremos a realizar matriculas con nuevos nombres, algunos conocidos ya por sus hermanos o hermanas, a abrir nuevas carpetas, nuevos archivos, para que comience su estancia en este centro.
El agua limpia dando paso a nueva vida, ayudándola con su pequeña aportación, a que esos brotes crezcan y se desarrollen en el "microclima" de la vida en un centro escolar.
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